Hace mucho, mucho tiempo una hermosa joven llamada Orihime (representación de las estrellas Vega), hija del rey Celestial disfrutaba sus días tejiendo vestidos siendo lo que más la hacía feliz.
Una mañana, al dirigirse al telar, Orihime vio a un joven apuesto, pastor de bueyes llamado Hikoboshi (representación de las estrellas Altair). Los dos se enamoraron perdidamente, se unieron en matrimonio y eran muy felices.
Sin embargo, su apasionado amor y el gozo que sentían por estar juntos era tan grande que dejaron de hacer sus deberes. El rey celestial observó furioso dicha irresponsabilidad y separó a los amantes cada uno a un lado del río Amanogawa (Vía láctea).
Llego el séptimo día del séptimo mes pero se dieron cuenta que no podían acercarse, pues no había puente para atravesar el río Amanogawa.
La princesa comenzó a llorar tanto que una bandada de urracas vino atraída por ese llanto tan triste. Observaron la situación y comenzaron a volar con las alas totalmente desplegadas para forman un puente y así, unirlos.Esta leyenda japonesa se celebra cada año el dia 7 de Julio, el festival Tanabata (七夕) y es costumbre escribir los deseos o poemas que se quieran pedir a los dioses de la naturaleza en hojas de papeles de colores y colgarlos de las ramas de bambú.
Ya que se cree que el amor que se profesan las estrellas es tan grande y sienten tanta felicidad que puede conceder el deseo de todo aquel que se lo pida.
Así que a escribir sus deseos que Orihine y Hikoboshi nos escuchan en este día mágico. :)